Dificultad: Media Distancia: 16,5 km
Desnivel aproximado: 340m Altitud máxima: 1087m
El madroño (Arbutus unedo) es un arbolillo o arbusto de pequeño porte de la familia de las Ericaceas, se da en ambientes mediterráneos con cierta humedad y tiene una importancia vital en el ecosistema, dando refugio y alimentos (frutos) en época de escasez (noviembre-diciembre) a multitud de mamíferos y pájaros, lo cual favorece a la dispersión de sus semillas.
Iniciamos nuestra ruta en el extremo Noroccidental de Cabañas de Aliste, siguiendo el curso del Arroyo de la Sierra que lo tenemos a nuestra derecha y una serie de cortiñedos a la izquierda. Rápidamente (10 minutos) divisaremos el Área Recreativa de Las Guindaleras y un poco más adelante a la izquierda se ve un corral restaurado, perteneciente a los corrales del Picón.
Corral restaurado
Comenzamos a ascender una suave pendiente girando el sentido de la ruta hacia el Este, el terreno que nos flanquea a ambos lados son repoblaciones de castaños y algunas encinas, acompañadas de un denso matorral de jara y brezo, en el valle del arroyo la vegetación será de alisos, helechos y pastizal.
A los 20 minutos debemos tomar el camino de la derecha en una bifurcación, para ascender, aquí nos adentramos ya en las masas de coníferas de la Sierra de la Culebra.
A la media hora de recorrido giramos a la izquierda para ascender de nuevo a través de un denso pinar hasta llegar a la majestuosa madroñera, acompañada de encinas y alcornoques, a medida que vamos ascendiendo estas especies son de mayor porte y veremos alcornoques descorchados. Al llegar a los canchales (40 minutos de marcha) la densidad disminuye por la dificultad de arraigar en zona pedregosas y las plantas están más distantes unas de otras.
Llegando a la zona de más densidad
Estamos en una de las zonas de mayor población de lobo ibérico, en la Sierra de la Culebra, y por tanto se puede avistar a este magnífico animal. Nosotros no tuvimos la suerte, ero sí que observamos en varias ocasiones sus huellas. Cada pocos metros, en la zona más interior de la sierra también se podian observar huellas de ciervo, en mucha más cantidad.
Huella de lobo
Cuando llevemos una hora de recorrido, la madroñera dará paso de nuevo al pinar de repoblación y el camino se estrechará y la marcha será más dificultosa hasta llegar a un cortafuegos. Aquí debemos ascender una dura pendiente que será recompensada con unas bellas vistas del “campo aliste”, Sarracín y de la Sierra de la Culebra. Llegamos a la parte de mayor altitud de nuestra ruta, cercanos a Peña del Cuervo (1169 metros).
Después de un cuarto de hora de duro repecho debemos dejar el cortafuegos (al fondo se ve Peña de Águila) y coger de nuevo un camino que sale a la derecha que discurre paralelo a la línea de cumbre de Peña Quebrada.
Comenzamos el descenso del cortafuegos, al frente la Peña de Äguila ya la derecha el camino que seguiremos.
Entre las cuarcitas de la cumbre, los pinos resineros, brezos y carqueixas disfrutamos de un paisaje inolvidable.
En este tramo al llegar a un cruce de caminos, podemos optar por desviarnos momentáneamente a la izquierda para ver la Cueva de la Mora, atravesando la mole cuarcítica de Peña Quebrada (no tardaremos más que un cuarto de hora).
A partir de aquí comenzamos a descender divisando al fondo el valle que forman la Sierra de la Culebra y la Sierra de Sesnandez. Desde aquí se pueden observar unas bellas vistas de toda la comarca alistana.
Cuando llevemos unas dos horas de recorrido habremos llegado a la carretera que une Sarracín con Ferreras de Arriba la cual cruzaremos. El matorral se ha vuelto más ralo y no se observa arbolado hasta que llegamos a la ribera del río Frío o Becerril, seguiremos su curso por su margen derecha flanqueados de alisos, chopos y algún fresno, majuelo, helechos y plantaciones de grandes castaños salpicados de manchas de pinos y robles.
Más adelante el camino se va separando del río y nos permitirá una mejor visión de las huertas y del bosque de ribera hasta que llegamos a una zona donde las repoblaciones de castaño desaparecen en detrimento de un jaral, aquí ya divisamos el Área Recreativa del Picón y los corrales de la Mayada a nuestra izquierda. Podemos desviarnos al Picón a descansar y refrescarnos o seguir nuestra ruta hasta Sarracín, punto de destino original de la ruta. Nosotros continuaremos por la carretera que une Sarracín con Cabañas para alcanzar el coche.
En la foto caminando por la carretera de camino a Cabañas. La carretera consta de una distancia de unos 5,5km desde Sarracín a Cabañas.
Más adelante nos encontramos con la estación del tren que une Galicia con Madrid.
Llegada al final de la ruta en Cabañas de Aliste, lugar en el que comenzamos y donde hay unos paneles informativos muy interesantes sobre esta ruta y otra que parten de esta localidad.
Ruta sencilla por lo bien señalizada que está y no muy dura. Se pueden observar bellos paisajes de la comarca alistana, así como un flora mediterránea de incalculable valor y la posibilidad de avistar animales como corzos, lobos, jabalies, ciervos, etc
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