“Cuando
caigo de la nada desvanezco
en
la noche cerrada de sus ojos
camino
roto por ese antojo
que
se ahoga en el agua
tibia
como el acero.
Y
mi alma dirige su mirada,
lucha
contra la esperanza
que
desvanecida
a veces se rocía
con
el calor de unos besos
de
sus besos, a veces solos
y a veces rotos
por
el silencio que alquilo
aquí
mismo en mis oídos.
La
duda me camina
durante
toda esta vida
aveces llena, pocas,
aveces tibia, ahogada y vacía”
Chona
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